Atentos: qué esconde la moda vegetariana en adolescentes
La Lic. en Nutrición Noelia Giorlando hoy nos deja una reflexión sobre la tendencia al vegetarianismo por parte de jóvenes.
La adolescencia es un período de grandes cambios, de nuevas estructuras psíquicas, de un nuevo cuerpo y altibajos hormonales. Se caen ideales y se alzan otros, que llevan al encuentro de la propia identidad, donde el pertenecer es crucial para sobrevivir. Así el adolescente quiere ser distinto, pero igual al mismo tiempo, rompe las estructuras y pide a gritos una. Dentro de esta etapa compleja, ambigua y de tránsito necesaria, la comida juega un papel importante, no sólo desde lo fisiológico sino desde lo ideológico, las modas y la rebelión.
El adolescente quiere ser distinto, pero igual al mismo tiempo, rompe las estructuras y pide a gritos una.
Actualmente vemos y atendemos a muchos adolescentes veganos o vegetarianos.
Las prácticas vegetarianas tienen una esencia pacífica y respetuosa. El vegetarianismo o el veganismo va más allá de la alimentación, y no es correcto ni incorrecto.
Debido a la masividad de esta elección, lo consideramos un fenómeno. Escuchamos discursos repetidos y sostenidos, y vemos imágenes impactantes. Esto me llevó a pensar en los motivos no evidentes de esta decisión que la mayoría sostiene.
Uno de ellos, es la necesidad de “etiquetarse” mediante la comida, lo que les permite pararse de determinada manera frente al mundo, un rótulo da seguridad en una etapa caótica de la vida, de reestructuración y de altibajos. Es más fácil que nos digan cómo debería ser, pensar y actuar, teniendo más que ver con Ser que con el comer.
Esta etapa de oposición impulsa a la nada sencilla búsqueda del propio bienestar frente al modelo de sociedad actual, donde hay pocas certezas, donde todo es relativo y alternativo. El adolescente no encuentra contra quién ni a qué rebelarse, entonces la comida aparece como una posibilidad de refugio, de reclamo, y de justicia.
El pensamiento adolescente no admite medias tintas, o se está de un lado o del otro, corriendo el riesgo de constituir mapas mentales rígidos, sin flexibilidad, sin movimiento, estáticos y peligrosos. Lo que los deja sin posibilidades, quien come distinto, se convierte en enemigo.
Podemos guiar la búsqueda de ideales para puedan llevarse a cabo de manera responsable, conociendo los puntos a favor y en contra, las coincidencias y diferencias, y a ser congruentes con las ideas, ya que la protección animal es válida y justa, pero el autocuidado también lo es, estar en contra del maltrato animal y tener un discurso violento es incongruente; respetar a los animales, pero no a quien tengo al lado por más distinto que sea, también lo es.
Ojalá todos estemos a favor de una alimentación sin ceguera, sin doctrinas, sin impactos visuales agresivos, que aleja a las prácticas vegetarianas de su esencia pacífica y respetuosa. El vegetarianismo o el veganismo va más allá de la alimentación, no es correcto ni incorrecto, pero de lo que estamos seguros, es que no es una lucha.