Qué fácil es amar a una persona por su belleza (interna y externa), cuando su salud es excelente, cuando es prospera, cuando es apasionada, cuando la consideramos digna de confianza y sobre todo cuando es feliz. Eso, todos pueden hacerlo. Pero amar el lado obscuro, comprenderla, aceptarla, ayudarla a superar sus miedos, sus fracasos, sus dudas, sus enfermedades y sus pobrezas, es el verdadero reto que sólo pocos pueden lograr. ¿Es que a caso, en el amor, lo bueno y lo malo no van de la mano? ¿Amar es sólo tener la parte buena de las cosas?