7 lecciones de amor que aprendimos de Nietzsche
La religión cristiana llegó para enaltecer la culpa, el sufrimiento y la miseria. Hay que sacrificar la salud y virtud en pos de los demás. Su más grande profeta demostró el camino a seguir: la muerte. Había que renunciar voluntariamente a los deseos propios para alcanzar la vida eterna en el cielo. Jesucristo vino al mundo a decirnos que sólo los mártires tienen la gloria y la vida eterna, o mejor dicho, que todos los hombres nacimos para morir.
El paraíso existe como un tonto consuelo para los ilusos que no tienen la fuerza de sobreponer su espíritu al doliente mundo. “Eres débil, no importa, sufre ahora todo lo que sea necesario porque cuando mueras encontrarás paz y sosiego”, fueron las palabras que se tragaron millones de personas en el mundo, excepto unos cuantos. Entre esos hijos espurios del Señor de los Cielos se encuentra Friedrich Nietzsche, el hombre que se atrevió a matar a Dios.
Si algo debemos agradecerle a Nietzsche es que nos abriera los ojos a la verdad. Él desechó todos los pensamientos de sacrificio y colocó a su persona en el primer peldaño de importancia. Al contrario que la religión, su filosofía se centra en enaltecer las pasiones y los instintos humanos, incluyendo al amor. Sólo que Friedrich toma de diferente manera la forma en que debemos vivir este sentimiento.
Mientras que la religión cristiana promueve el sufrimiento y sacrificio al sentirlo, Nietzsche califica al amor como la bebida más refrescante, revitalizante y placentera. No hay motivos por los cuales aceptar una desdicha como un engaño o una mentira, mucho menos la destrucción. El amor no se trata de perecer, sino de enaltecer el espíritu y la voluntad, de fomentar la vida y perderse en el inmenso vacío del orgasmo y la embriaguez. Para que te quede claro, aquí están explícitamente 7 de sus lecciones.
1. “La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre”.
Lo primero que debemos desechar son los pensamientos que nos alejen de la verdad. La esperanza es un espejismo de la realidad, es evadir lo que realmente es. Cuando se trata de amor, muchas veces preferimos conformarnos con espejismos de lo que podría ser para no perder a aquella persona. Entonces nos sumergimos en un abismo esperanzador, pero como dice Nietzsche, lo único que obtenemos es sufrimiento. Es mil veces mejor terminar una relación a vivir en el engaño, el sacrificio y la redención. Aquello lo único que nos provoca es la muerte y estamos aquí para gozar de una vida llena de orgasmos, de paroxismos.
2. “Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes”.
Cuando llevamos mucho tiempo en una relación es normal que poco a poco se vaya perdiendo la individualidad, al punto que nos convertimos en la extensión de la otra persona. El siguiente paso es dejar de ser independiente y para el filósofo alemán eso conlleva la muerte. Si no eres libre eres un prisionero, un ser que no tiene la facultad de imponer su voluntad, de enaltecer su espíritu a su manera. El amor no es una cárcel, es la unión de dos amantes que miran hacia la misma dirección y, por tanto, pueden saciar sus deseos mutuamente. Sólo tienes que ser fuerte.
3. “Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya”.
Tener una relación amorosa significa construir, avanzar y disfrutar. Para lograrlo, ambas personas deben de compartir intereses, sueños y anhelos. Lo más importante es conseguir a un compañero inseparable que te dé la mano cuando te tambaleas o tropiezas. Después, cuando él o ella necesite de ayuda uno extenderá la mano y brindará la misma ayuda. Esa es la forma ideal de cómo se debe vivir en pareja. Si en cambio, la otra persona parece un bulto, un pesado saco que lo único que hace es echar más peso a la vida, lo mejor es desecharlo. Puede ser muy duro y drástico, pero así es la filosofía de Nietzsche.
4. “La valía de un hombre se mide por la cuantía de soledad que le es posible soportar”.
Aprender a amar también es saber renunciar al amor en el momento indicado. Si la relación se está transformando en una prisión, lo que Friedrich Nietzsche te diría es que la terminaras. Será la prueba más difícil de la vida, pero no por ello hay que evadirla. En ese momento hay que sacar la valentía y el coraje, demostrando al mundo que la voluntad es tan enorme e infranqueable que puede resistir cualquier adversidad. Si sobrevives a ese obstáculo te convertirás en un superhombre y podrás gozar los placeres plenamente en el futuro.
5. “Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los cómos”.
La razón por la que estamos en el mundo es para enaltecer las pasiones mediante la liberación de los instintos. Cuando se tiene claro este fin, las manera para obtenerlo llega por sí sola. No es muy complicado: si quieres un beso, dalo; si quieres una caricia, pon tu cuerpo; si necesitas un placer sexual mayor, encuéntralo. Todo está permitido cuando se trata de amor y satisfacción. Esa es la virtud del hombre, la facultad de decidir cuándo y cómo será el gozo del amor.
6. “En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón”.
El común del mundo está sofocado por los preceptos de la ideología cristiana y profesan los valores decadentes de recato y sumisión. Cuando llega la filosofía de Nietzsche y dice que hagas todo lo necesario para satisfacer los profundos deseos, la gente que está manipulada por Jesucristo te dirá que eres un loco. Con este conocimiento, el filósofo afirma que “en el amor siempre hay algo de locura”, pero inmediatamente después aclara que justo ahí se encuentra la razón y la verdad. Amar con locura significa amar libremente y en definitiva debemos hacerlo de esa manera.
7. “Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal”.
Cuando se ama no hay castigo, temor ni condolencia; es sólo placer y como tal, no debe ser juzgado de bueno o malo. El amor es sólo regocijo y está fuera de las críticas; las valoraciones están de más. De la misma forma, los actos que se hacen a favor de él son la afirmación a la voluntad, estando más allá del bien y del mal. Ama todo lo que puedas y nunca te detengas por falsos prejuicios, que lo único que hacen es engañarte.
Como habrás visto, la filosofía de este filósofo es tan dura como un par de martillazos. No hay espacio para la compasión, la debilidad o el engaño. Por eso es el primer enemigo del cristianismo, pensamiento que se basa en los pesares.
Estas lecciones te ayudarán a vivir un amor pleno, pero también te llevará a exterminar las mentiras y, por desgracia, actualmente el amor tiene muchas.