7 tipos de personas envidiosas
Hablamos de envidia sana y de envidia mala, pero ¿realmente existe una diferencia palpable cuando hablamos de personas envidiosas? La envidia es un deseo de tener o hacer lo que ha logrado la otra persona. Esto nos hace sentir mal, aunque en ocasiones lo tomamos como impulso para conseguir nuestras propias metas.
De todos modos, debemos alejarnos de las personas envidiosas, aunque el peor mal lo sufren ellas mismas. Tenemos que identificarlas y saber cómo ser indiferentes, para que no nos afecten y no interfieran en nuestros logros.
Tipos de personas envidiosas
La envidia la consideramos negativa cuando esta además de anhelar lo que consigue el otro pretende hacer algún tipo de daño. Ya sea manipulando, criticando o utilizando algún mecanismo para que el otro no se sienta merecedor de su éxito.
Dentro de este tipo de envidia negativa que todos vemos con malos ojos, nos encontramos con 7 tipos de personas envidiosas que debemos saber identificar. Seguramente algunas te suenen e incluso les pongas cara:
1. La sádica-sarcástica
Este tipo de persona se lo toma todo con mucho humor, pero se delatan cuando emiten sonrisitas sarcásticas que son el preludio de una gran bomba.
Intentan camuflar lo negativo con lo positivo, así te dicen frases tales como “Gracias, pero me podrías haber preguntado cuál era mi bebida favorita antes de traerme una”.
2. La bala directa
Es aquella que no duda en lanzarte su dardo directamente con algo relacionado a tu físico como puede ser “¡Menudo culo has echado!”. Suelen ser personas muy inseguras de sí mismas y de su cuerpo, necesitan hacerte sentir mal y que así no disfrutes ni estés conforme con lo que tienes.
3. La que supura negatividad
Este tipo de envidiosos no cesan en decir una palabra negativa tras otra. Por ejemplo, si dices que has encontrado trabajo te dirán que nunca lograrás un contrato indefinido, que te echarán a la mínima oportunidad, etcétera. En definitiva, logran deprimirte sobre todo cuando tú te encuentras lleno de felicidad.
4. La dulce asesina
La dulce asesina es aquella persona que empieza despacito hasta acabar destrozándote por completo. De esta manera, si tú le dices que se vista rápido, ella lo hará despacio para que llegues tarde a donde tengas que ir. En definitiva, es sutil y te hace daño sin que te lo esperes.
5. La entrometida
La persona entrometida vive husmeando allí donde no debería, en la vida de todo el mundo. Al principio quizás no los percibas como una persona entrometida, sino como alguien que tan solo quiere ayudar. Pero, te darás cuenta de que esconde algo y ahí es cuando te empezará a hacer sentir mal. ¡Se está metiendo en tu vida!
6. La ególatra
La persona ególatra siempre tiene las cosas mejores que las tuyas. Si tu perro es grande el de ella será más, si tu habitación es luminosa, la suya más aún. No están satisfechas con lo que tienen y quieren aparentar lo contrario. Eso sí, son muy seductoras a la par que mentirosas, un arma de doble filo.
7. La que acecha
Es la persona que no está ni en contra tuya ni contigo. Simplemente se encuentra apartada, ausente, observando todos tus movimientos. De esta manera, cuando te pasa algo malo te suelta un “¿Ves?, te lo dije”. Tan solo esperan, silenciosamente, para atacar en el momento preciso.
¿Por qué me envidiarán?
Si has sufrido de alguna de las personas mencionadas anteriormente, quizás te preguntes porqué te habrán de envidiar, porqué te quieren hacer daño si tú vives tu vida sin meterte en la de los demás. La respuesta es simple, no están contentas con su vida y lejos de arreglar esto se meten en la tuya.
Es importante saber alejarse de estas personas que solo nos traerán dolores de cabeza y tormentos. No podemos hacerlas cambiar de parecer, pues solo ellas deberán darse cuenta en el momento preciso que la envidia no es el camino.
La envidia es algo tóxico, algo que se debería erradicar porque nos mina, nos frustra, nos hace sentir poco valorados. La envidia es el consuelo de aquellos que no saben aceptarse tal y como son, que proyectan en los demás el daño que una vez ellos sufrieron.
Debemos compadecernos de los envidiosos porque ellos sufren en su vida, tienen muchos problemas y el mal que causan es fruto de su desaliento interior. Pero, esto no justifica que tú debas dejar que entren en tu vida y te hagan daño. Es el momento de que les pares los pies.