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Nos quedamos en la edad en la que nos hizo falta amor

Nos quedamos en la edad en la que nos hizo falta amor

Con mucha frecuencia me encuentro con personas que por fuera parecen de 20, 30 o 40 años, pero en su interior son como si se hubiesen quedado en su mas tierna infancia, aún añoran el amor que les hizo falta cuando eran pequeños. Y se quedan así hasta el momento en el que por su cuenta aprenden a encontrar la satisfacción en sí mismos

Nos quedamos en la edad en la que nos hizo falta amor.

Cada etapa tiene sus necesidades, es decir, la forma en que requerimos del cuidado y amor de los padres cambia año tras año.

Poco antes de morir, esta anciana escribió quién era realmente. Cuando su enfermera encontró su nota, se quedó sin palabras

Esta anciana escribió una nota antes de morir. Cuando su enfermera la leyó, se quedó sin palabras

Las enfermeras pensaron que la anciana estaba ya muy senil y simplemente esperaba a la muerte. De vez en cuando murmuraba algo sarcástico para sus adentros, pero estaba claro que ya no reconocía lo que sucedía a su alrededor. 

Tras su muerte, sus cuidadores encontraron una carta en su escritorio que lo cambió todo. Mientras leían las siguientes líneas, podían sentir el dolor y tristeza de la anciana:

¿Calmas a los niños con un celular o Tablet? Entérate del daño que les estás haciendo

¿Calmas a los niños con un celular o Tablet? Entérate del daño que les estás haciendo

Quienes tienen la fortuna de ser padres, seguramente saben lo complicado y también desesperante que puede llegar a ser el tener que calmar a un niño cuando éste se encuentra enojado, llorando o haciendo berrinche. La mayoría no está seguro de lo que en realidad desean o simplemente no se toman el tiempo de averiguarlo y lo que más fácil se les hace es darles algo para que se entretengan y dejen ese comportamiento desquiciante.

Los niños pasan menos tiempo al aire libre que los presos

Los niños pasan menos tiempo al aire libre que los presos

Los niños pasan menos tiempo al aire libre que los presos. Los hijos se han convertido en trofeos para sus padres y, como todo trofeo que se precie, deben estar a buen recaudo, preferentemente entre las cuatro paredes de casa, donde supuestamente estarán seguros. De hecho, la tendencia a encerrar a los niños en el hogar para protegerles de los peligros que les acechan allá “afuera” es cada vez más preocupante. 

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